El Public Choice, una herramienta de gran utilidad para el análisis de políticas medioambientales

El Public Choice nace en 1967 de la mano del famoso Comittee for Non Market Decision Making. Dicho foro intelectual, denominado posteriormente Public Choice Society fue en su momento la respuesta a los trabajos de los economistas del llamado Welfare Economics. Estos últimos, se esforzaron a través de sus investigaciones por evidenciar los fallos existentes en el proceso de mercado con objeto de defender la intervención estatal en la economía.

Como reacción, James Buchanan, Gordon Tullock, intelectuales como Anthony Downs y otros, comenzaron a estudiar el “benévolo” ente estatal y las luces y sombras del intervencionismo. La idea central era la de analizar los problemas que dicho proceso socio-político producía. En ese sentido, los aportes del Public Choice ayudaron a un gran número de individuos a comprender la verdadera naturaleza del Estado y del proceso político. Y por supuesto, concienció a muchos sobre los riesgos que el mismo entrañaba para la población.

La teoría de Public Choice propuso –de forma muy exitosa- estudiar la política con utensilios propios de la Ciencia Económica. Sin duda alguna y gracias a ello, en la actualidad la Elección Pública u Opción Pública (por su traducción en español) se ha configurado como un instrumento teórico a medio camino entre la Economía y la Ciencia Política. Es ese espíritu interdisciplinar, el que ha hecho de este enfoque teórico una herramienta poderosísima para todos aquellos que deseen comprender el mundo de las políticas públicas, los procesos de negociación que tienen lugar en las diferentes arenas políticas y el intervencionismo estatal.

Los elementos definitorios del Public Choice son fácilmente identificables. En primer lugar, deberíamos señalar el individualismo metodológico. Los autores del Public Choice  consideran que solo los individuos actúan. Que en ellos reside el origen de toda explicación de naturaleza social y que por lo tanto es a los individuos a los que tenemos que estudiar si deseamos comprender los procesos sociales. Los objetivos de estos individuos, sus métodos y formas de actuar, etc., nos ayudarán a comprender la vida en sociedad y gracias a ello podremos proponer soluciones a los problemas que nos afectan a diario.

Otro de los detalles importantes a la hora de describir los elementos esenciales del Public Choice es la creencia en un individuo racional y maximizador. Los individuos, como indicaba en uno de sus míticos trabajos Anthony Downs, quieren mejorar su renta, su estatus o su poder. Intentan maximizar alguna de esas tres cosas o las tres a la vez. Gracias a esto, el Public Choice posee una visión no romántica de la política, pues desconfía y mucho de aquellos individuos que dicen trabajar por el bienestar público. Nadie niega que existan políticas públicas que hayan beneficiado a un gran número de individuos. Lo que se indica es que la prioridad para cada individuo es su propio bienestar y muchas veces ese bienestar individual entrará en conflicto con el servicio público al que dicen responder. Burócratas y políticos, por ejemplo, desean ampliar al máximo los presupuestos y su estructura de privilegios. El servicio que prestan a la ciudadanía es secundario… Piensen por ejemplo en los maestros de la escuela primaria…

La mayoría de las veces, sus reclamaciones y demandas ante la entidad estatal están dirigidas a la obtención de privilegios, ascensos salariales, ventajas en el campo de las pensiones, etc. Nunca pelean por los niños de los que se supone, dicen preocuparse. Lo primero son ellos como gremio, luego vendrá el bienestar de los niños. Por eso, los horarios, la medición de calidades, etc., no está dirigida a responder a los intereses de los pequeños o de sus padres sino al interés de los burócratas que gestionan el proceso educativo: Los maestros.

El último de los elementos que en líneas generales define a los autores del Public Choice es la comprensión de la política como un ejercicio (como un proceso) de intercambio. Efectivamente, estos intelectuales consideran que en política existen un mercado. Y definitivamente lo hay. Se observa cuando como ciudadanos elegimos a nuestras autoridades, cuando los políticos negocian sus agendas en las instituciones representativas y fuera de ellas, etc. Sin embargo, somos conscientes de los problemas que existen al interior del mercado político.

Una pregunta interesante debería ser ¿Por qué aquellas personas interesadas en política ambiental tendrían que conocer la teoría de la Elección Pública? La política ambiental ha irrumpido de forma sorprendente en un gran número de países. Lo anterior, hace necesario la utilidad del enfoque de Opción Pública porque las herramientas que ha sido capaz de generar esta teoría explican, en gran medida, los resultados obtenidos. En política ambiental, como en cualquier otra política pública, podemos observar buscadores de rentas, detectar polizones y obviamente, existen en el área ambiental, grupos de presión (determinadas empresas y ONG´s) que han capturado al ente estatal para que éste sirva estrictamente a sus intereses.

Es evidente que todo aquel interesado en política ambiental encontrará en este enfoque teórico un instrumento que le ayudará a comprender adecuadamente el proceso político en el que compiten burócratas, políticos y grupos de presión. Las leyes no son neutrales y responden a la acción coordinada de determinados actores. Solo si entendemos eso, podremos contribuir al diseño de mejores instituciones. Por ello, utilizar las herramientas conceptuales que nos aporta el Public Choice será de gran ayuda para edificar un mundo más libre y compatible con la protección ambiental.